2013/12/18

Cartas a Romeo

                En un momento todo se desvanece, como el polvo entre los dedos; se deshace, como la nieve con los rayos del sol. Los nudos se rompen, incluso aquellos que parecían irrompibles, incluso aquellos que se prometieron irrompibles.

                Pero no me culpo, no me culpo porque lo intenté, porque a pesar de todo seguí creyendo, la fe que tenía en nosotros era mayor que cualquier contrariedad, sabía que no estaríamos juntos pero a pesar de ello confié en ti, en mí, en nosotros, confié en que los sentimientos que, a pesar de la distancia, sabíamos que eran mutuos no desaparecieran.

                Y qué tonta fui al creer en tus palabras, al emocionarme con tu mirada, al turbarme cuando tu mano cogía la mía, al buscar tus labios, al fundirme contigo… al sentir que era único, nosotros, todo, el mundo, nada...

Y qué tonta soy al seguir creyendo que lo nuestro no ha muerto, ya no me miras, no me besas, no me escribes ni me abrazas y, sin embargo, pienso… No, sé que me echas de menos, que si volviéramos a vernos ahora correrías hacia mí, me abrazarías, me besarías y terminaríamos desnudos bajo la luz de la luna llena que nos espiaba en todos nuestros encuentros fugaces.

Probablemente esté confundida, no será cierto, ya no pensarás en mí, has encontrado a otra y será ella quien se emocione y tiemble al verte, correrás hacia ella para besarle y hace días que a mí ya me habrás olvidado.

Lo que no logro entender es por qué, por qué te costó tanto decírmelo, por qué dejaste que fuera todo tan idílico para romperlo de golpe. Tú sabías que iba a ser un duro golpe, una caída al vacío que nada ni nadie podría detener y temías ser tú quien cayera pero has terminado siendo tú quien me ha tirado por el precipicio.

                No permitiré que atribuyas mis lágrimas a las circunstancias, ni a nada ni nadie más que a ti. No fuiste capaz y yo nunca volveré.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/10/22

Premio Liebster

He aquí, diría que el post más largo que habré publicado por el momento. Hace unos días recibí un correo avisándome de que Sara Araujo había comentado en mi entrada 'Vuelta al cole', emocionada lo leí y me emocioné aún más al comprobar que se trataba de un premio, el Premio Liebster.

Había oído algo sobre estos premios pero no los conocía bien y no esperaba que me premiaran a mí, por eso me gustaría agradecer a Sara  y su blog:
(y no sólo porque al parecer es uno de los pasos a seguir cuando recibes este premio) sino por pensar en mi blog e incluirme entre los once premiados. Me aporta confianza y ganas de seguir escribiendo cada día. Mil gracias.

Ahora explico los pasos a seguir al recibir el premio:

·   Agradecer al blog que te ha dado el premio y nombrarlo.
·   Responder a las 11 preguntas que te plantea.
·   Conceder 11 premios Liebster a otros 11 blogs noveles (menos de 200 seguidores).
·   Informar a los 11 blogs de que les ha concedido el premio.
·   Plantear 11 preguntas para que tus premiados respondan.

Las preguntas de Sara, y mis respectivas divagaciones, son las siguientes:

1.       ¿Tienes algún sueño?
Por supuesto. (Creo que la segunda pregunta tiene conexión con esta).

2.       ¿Lo compartirías con nosotros?
Mi sueño, realmente tengo varios sueños y tengo que indagar muy profundo en mi ser para encontrar EL sueño. Diría que mi sueño es ser feliz, o seguir siéndolo, o serlo cuando no lo soy, pero ser feliz con todo, con las pequeñas cosas del día a día, con lo bueno e incluso con lo malo, aprender de todo y de todos. Algún otro sueño que suene menos a cliché podría ser acabar la carrera y poder dedicarme a lo que me gusta, que ahora parece imposible, o viajar lejos, a Australia, hacer una vuelta al mundo… visitar miles de lugares, conocer gente y culturas, o poder reunir a todos mis compañeros de clase para hacer una cena todos juntos.

3.       ¿Cuál es tu plan preferido?
¡Uy! Esto depende mucho de lo que prefiera, si quiero estar con amigos o conmigo misma, pero está clarísimo. Con mis amigos me basta una tarde con una cerveza en un sitio agradable (la playa) y una buena conversación. Si quisiera estar sola necesitaría un sitio cómodo, una cama o un sofá, muchos cojines, una manta y un buen libro, Hévelis quizás.

4.       ¿Verde o amarillo?
Amarillo, sin dudarlo, es,desde siempre, el color que más me ha gustado, aunque nunca me veréis vestida de amarillo.

5.       ¿Películas de llorar o de miedo?
Esto también depende mucho de mi estado de ánimo aunque antes adoraba las de miedo las he ido sustituyendo por las de acción, fantasía y ciencia ficción, sobre todo por estas últimas. Las películas romanticonas nunca me han gustado especialmente, pero de vez en cuando me gusta coger el paquete de pañuelos y sumergirme en uno de esos dramones.

6.       ¿Tu mejor época del año?
Las navidades, las vacaciones de verano, cualquier época del año en la que me pueda reunir con mis seres queridos, amigos, familiares… Da igual si hace frío, calor, llueve o nieva, lo que más valoro es la buena compañía.

7.       ¿A qué lugares te gustaría ir?
Lugares… ¡A todos! Como he dicho en la segunda pregunta es uno de mis sueños, viajar por todo el mundo, conocer lugares, culturas… Siempre he querido ir a Australia, y probablemente vivir allí unos meses. Ahora mismo Madrid es lo único que viene a mi cabeza, por una razón muy especial. Y viajar a Sudáfrica siempre me ha atraído, amo África en toda su extensión, sus paisajes, sus mercados, sus cosas…

8.       ¿Cambiarías escribir por algo?
Escribo por gusto, pero más que escribir para que me lean otros lo hago para mí, para aclarar mis ideas, como una especie de diario personal, algo que ya conté en mi primera publicación, como una especie de método de autoayuda, no podría dejarlo, no para siempre. Puedo dejar de publicarlo abiertamente, pero me gusta escribir diarios y releerlos. Puedo dejar de escribir en algún momento para dedicarme a otra cosa, pero no lo cambiaría por esas otras cosas, me quedaría con todo: escribir, leer, pintar, viajar…

9.       ¿Último libro que has leído?
Libro libro Hévelis. Ebook: Lovecraft, la antología.

10.   ¿Cuál es el blog que más visitas?
El que más, el mío, entre nuevas publicaciones, comentarios, arreglos y ajustes el mío. http://unaigarcia.com/ también leo mucho para enterarme de las novedades de Hévelis y de su autor.

11.   ¿Te inspiro algún blog para crear el tuyo?
La verdad es que no, no había leído apenas un par de publicaciones de algún amigo cuando decidí que quería compartir mis historias. Me inspiré en mis propios diarios, aquellos que escondía al fondo de un cajón cubierto con cuadernos y folios para que mis padres no los leyeran.

Y mis PREMIADOS:
1      http://unaigarcia.com/  Que si le hago tanta publicidad se lo merecerá

       Me encantaría premiar a Sara porque su blog es sencillamente genial y porque tengo curiosidad por las respuestas que daría a mis preguntas, pero prefiero leer sus historias y que no se dedique sólo a responder a los premios que le otorguen.


       Las preguntas que os planteo:

1. ¿Cuándo empezaste a escribir?
2. ¿Cuáles eran tus objetivos cuando decidiste crear un blog?
3. ¿Se han cumplido o han cambiado algo?
4. ¿Sigues alguna pauta al escribir?
5. ¿Volar o navegar?
6. ¿Dónde te habría gustado vivir?
7. ¿Qué prefieres leer las historias de algún blog amigo o un buen libro?
8. ¿Alguna vez pensaste en escribir un libro?
9. ¿Qué superpoder te gustaría tener?
10. Si ganaras la lotería, ¿qué es lo primero que harías con ese dinero?
11. ¿Qué te dice la palabra ‘revolución’?
               

        Mil gracias a todos por vuestra compañía y apoyo y ojalá disfrutéis leyendo mis próximas historias.



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/10/15

Quizás sí que fuera para siempre

                ‘Cuando creas haberme olvidado, alguien pasará a tu lado con mi perfume’. Una gran frase siempre que sean otros los que no te puedan olvidar. Y es que, ¿cómo se olvida algo que causó unos sentimientos tan fuertes? ¿Cómo se olvida a alguien con quien ya tenías los próximos años de tu vida planeados?

                En estos tiempos de la ‘amistad 3.0’ hablar con alguien es mucho más fácil, móviles, ordenadores… Todo es tan impersonal, hasta salir con alguien se ha vuelto diferente, incluso basta un mensaje para cortar una relación.

                Pero una vez que la relación ya está rota, todo se vuelve complicado, que desaparezca por completo de tu vida es prácticamente imposible, si sigues pensando en esa persona puedes ver actualizaciones en su Twitter, fotos en su Facebook… Incluso si le desagregaste puede que continúes accediendo a su perfil en plan acosador.

                Algo así me ha pasado esta mañana, no fue su perfume, pero él apareció. Admitiré que no he conseguido olvidarme de él por mucho que lo intento, que de vez en cuando me acordaba de él y buscaba entre sus actualizaciones en las redes sociales. No verle por la calle convirtió mi soledad en algo más llevadero, incluso pude estar con otras personas, pero no negaré que su recuerdo me venía a la cabeza.

                Y como los tiempos han cambiado, cambiaré el perfume por la típica invitación tocapelotas al juego de moda en el Facebook. Ahí estaba él, o mejor dicho su foto de perfil, con esa carita que me enamoró desde el primer momento y el mensajito de marras que me pedía ayuda para desbloquear no sé qué historia del jueguecito. Ahora sólo me pregunto una cosa: ¿cuándo conseguiré olvidarle? Quizás nunca lo logre, quizás sí que fuera para siempre, por lo menos para siempre en mi corazón.       


Y yo con mi cara de tonta recuerdo la frase que leí hace tiempo y la adapto a estos tiempos modernos: ‘Cuando creas haberme olvidado, te llegará mi invitación al Candy Crush Saga en el Facebook’.



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/10/08

Lazos irrompibles

Durante la búsqueda de mi verdad he encontrado a alguien, siempre ha habido alguien, o alguienes, y realmente esta persona nunca ha dejado de estar, no desde que nos conocimos, a veces más, a veces menos, pero siempre hemos estado unidos.

Nuestro problema, o puede que sea lo que convierte nuestra historia en algo verdaderamente mágico, es que no estamos juntos, ni siquiera cerca, no físicamente. No me pidáis que lo explique, no sabría hacerlo, a veces ni yo entiendo cómo es posible. Puedo contar con los dedos los días que hemos estado juntos.

Puedo decir que los minutos que hemos pasado juntos han estado llenos de besos, caricias y mucho amor, pero sobre todo de complicidad. Es especial, una persona única y la quiero con locura. Es como si nos conociéramos de toda la vida pero cada día descubriéramos algo diferente, como si esa magia, esa pasión no fuera a desaparecer nunca.

Estar separados nos daña y nos hace más fuertes a la vez, porque sabemos que cuando nos reencontremos parecerá que el tiempo solos no ha pasado, será como si nunca nos hubiéramos separado y volveremos a aprovechar cada instante al máximo porque nos lo debemos, porque las palabras no llegan a expresar ni una mínima parte de lo que sentimos.

Es gracias a esa persona que me siento fuerte y enérgica, es gracias a ella que me encuentro pletórica y sobre todo es esa persona la que sin estar a mi lado me anima a todo, gracias a la cual no necesito más que confianza, confianza en ella, y sobre todo en mí misma.


Porque siempre seremos una única persona, con nuestra forma de amarnos, y no necesitaremos más, sólo saber que estaremos siempre unidos. Porque siempre estaremos unidos, no hay lazo más estrecho que el nuestro, la confianza, y nada más importa porque sé que me ama, siento que es así, y a pesar de todo, de la distancia y del tiempo siempre seremos uno.

Nunca permitiremos que esto se rompa.


''... y seremos uno, unidos con los hilos tejidos por las ágiles manos de aquellos que tejen el destino, unidos en un mismo cuerpo, bajo una misma piel, unidos en una misma alma, sintiendo lo que el otro siente y consiguiendo que lo que empezó con un inocente beso acabé en un gran amor.''

''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/10/01

Vuelta al cole

                Aquí estoy de nuevo, un nuevo curso comienza y una nueva princesa despierta, igual que la bella durmiente después de su letargo. Después de meses sin ser yo misma, o quizás sí que fuera yo pero no me gustaba en lo que me había convertido, despierto (y madrugo).

                Tranquilos, aunque los cambios son evidentes para mí pocas cosas de mi alrededor cambiarán, amigos, lugares y tradiciones permanecerán cual tinta inyectada bajo mi piel, bien es cierto que ha habido algunos daños colaterales, historias insostenibles con este nuevo aspecto bajo el que me presento, que no he podido evitar a pesar de mi más que agotador empeño.

                Resulta que es imposible conseguir que todo salga a la perfección, nunca se consigue quedar bien con todo el mundo y lo primero que he buscado ha sido estar bien conmigo misma, encontrarme bajo mis cadenas y muros y empezar a romper y a derribar. Para esto me necesitaba a mí, ser sincera conmigo misma para serlo con los demás, conocerme bien y en muchos aspectos volver a ser como aquella niña que no tenía miedo de cometer errores, que sonreía al despertar y que mantenía esa sonrisa entusiasta durante todo el día.

                Sólo he necesitado echar la vista atrás para saber lo que quiero y quiero sonreír sin ninguna razón, bueno, sí, quiero sonreír por mí, porque me gusta como soy y sigo rompiendo y derribando cadenas y muros y es divertido y apasionante ver lo que estoy consiguiendo.

               


''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/29

Cambios

Es el momento de un cambio, un gran cambio en mi vida. Recoger, ordenar y limpiar todo lo que he conseguido hasta ahora, todo lo que tengo, dejarlo atrás, escapar, huir.

                Empezar algo nuevo, diferente.

                Y sé que volveré, sólo necesito un descanso de mí misma.


''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/26

Incertidumbre

                Y vuelta a empezar. No sé lo qué es ni a dónde me llevará. No sé si quiero que salga bien, que salga mal. No sé si es definitivo ni si quiero que lo sea. Mientras aclaro mis ideas me dejo llevar, aunque yo tengo las riendas.
               
                Mis pies vuelven a pisar sobre un camino ya explorado, despacio, con seguridad y dejando huella, lo cual no sé si es bueno o no. Recordando el pasado, viviendo el presente y haciendo planes para el futuro. Pero, ¿qué nos depara el futuro? ¿Hago bien retomando una historia del pasado? Realmente, ¿esta historia tiene algún futuro? Nadie responde a estas preguntas y sólo yo puedo elegir que hacer.

                Mi vida, mis decisiones, para bien o para mal, y ya no hay vuelta atrás. Sólo haré una cosa: caminar hacia delante.



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/22

Caminar hacia delante

Caminar hacia delante, cabeza alta y espalda recta. Mi equipaje es grande, traigo maletas, bolsas que cuelgan de mis hombros, mochilas, cajas, de todos los tipos y tamaños, grandes, pequeñas, con ruedas, de colores, pesadas, ligeras, brillantes...

Me pertenecen, a mí, a mi pasado, a mi persona, a mi forma de pensar, de actuar, de ver la vida y me acompañan en este largo viaje, a donde quiera que vaya; están siempre conmigo, a mi lado.

Dentro guardo mi mundo y parte del tuyo, y del tuyo, y del tuyo también, porque cada uno de vosotros habéis compartido una pizca conmigo, porque habéis dejado huellas imborrables en mi historia. Puede que sea sólo una frase en una etiqueta que cuelga del asa de la mochila que llevo en los hombros, quizá permanezca escrita entre los apuntes que guardo en las cajas llenas de libros, puede ser una foto de un momento inolvidable o toda una historia de amor en forma de novela romántica, un recorte de periódico, una cinta VHS que no podré reproducir o un regalo que recibí, quizá sea un regalo que no llegué a entregar o una carta que no envié.

Dentro de mis maletas, bolsas que cuelgan de mis hombros, mochilas, cajas, de todos los tipos y tamaños, grandes, pequeñas, con ruedas, de colores, pesadas, ligeras, brillantes... guardo miles y millones de cosas. Unas te harán reír, otras llorar, algunas amar y las hay que te enfadarán, te decepcionarán, te asustarán y querrás cerrarlas, tirarlas lejos, quemarlas y echar a correr, lejos, muy lejos, pero no. No puedo hacer eso, me pertenecen, son mías, mi equipaje, que me acompaña.

Si consiguiera deshacerme de ellas, yo no sería yo, mi mundo y parte del tuyo, y del tuyo, y del tuyo también, desaparecería, lo olvidaría y volvería a empezar de cero, como si volviera a nacer. Y volvería a tropezar con las mismas piedras y me mojaría en los mismos charcos y caería en los mismos agujeros con personas, creencias y vivencias que conformarían mi vida desde otro punto de vista.

¿Y para qué? Para llenar mi equipaje de nuevo, uno diferente, pero que acabaría siendo igual de grande, con maletas, bolsas, mochilas, cajas, de todos los tipos y tamaños, grandes, pequeñas, con ruedas, de colores, pesadas, ligeras, brillantes... donde guardaría miles y millones de cosas. Unas que me hagan reír, otras llorar, algunas amar y las hay que me enfadarán, me decepcionarán, me asustarán.

Me quedo con el equipaje que llevo ahora y si me ayudas a cargar con él yo te ayudo a cargar con el tuyo.



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/19

Condenados a entenderse


                Volver a caer en una historia pasada, volver a sentir lo mismo que hace unos años. Las mismas variables, las mismas incógnitas reunidas en la más complicada inecuación.

                Todo vuelve a ser igual a la vez que distinto. Por mi parte sigue igual, sigo dándole mil vueltas a todo y replanteándome cada segundo, mantengo mis dudas y mi incapacidad para comprometerme. Sin embargo he cambiado, eso parece, me lo repiten a menudo y del mismo modo que me gusta el cambio me asusta.

                Por su parte, sigue igual que cuando le conocí, aunque diga que no, aunque intente cambiar, conmigo se comporta igual de bien que antes. Su situación es la que ha cambiado y aunque intenta volver al escenario de su vida anterior no es fácil y no depende únicamente de él.

                Inocentemente volvimos a hablar, inocentemente volvimos a quedar. Ninguno lo buscó pero esa inocencia desapareció con el beso, el beso que desarregló nuestro mundo en un instante.

                Nos sentimos bien juntos, nos tenemos cariño y ‘cariño’ es la palabra adecuada en este caso, no me malinterpretéis, no estábamos juntos por no estar solos. Era una relación sincera en cuanto a sentimientos, pero no creo que pueda llamarlo amor.

                Ninguno querría que acabara, era una amistad, una buena amistad que sólo busca el bienestar y la felicidad del otro, que se mima y hace lo que siente cuando lo siente. Sin embargo, existen momentos en los que mi cabecita piensa más de lo que debería y elucubra teorías conspiratorias, momentos como ese beso, como muchos abrazos o como todas las veces en las que juntamos nuestras manos para sentir que el otro está ahí, que todo será fácil y que no vamos a desaparecer. Y sé que él piensa igual.

                Él no es mi príncipe, antes ni siquiera había considerado que pudiera ser un sapo con posibilidades, ahora es diferente, pero su corazón pertenece a otra princesa, está hecho añicos y aunque conmigo el dolor no era tan fuerte yo no podía repararlo, sólo él es capaz.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/15

Ilusiones vacías II


                Hoy, ahora, en este preciso instante en el que me encuentro escribiendo esto voy camino a mi cita. Sigo con una sonrisa en la cara y es que no veo el momento de tenerle frente a mí. Algo más de una hora de trayecto y llegaré, le veré y correré a abrazarle. Estoy extrañamente ilusionada.

                Llega el momento y aunque me avisa de que llegará diez minutos tarde tengo que esperar algo más. Le veo a lo lejos, tiene una forma de caminar diferente, le reconozco enseguida, y cuando llega a mi lado, como tenía pensado, le abrazo, con fuerza, como si lleváramos años sin vernos, como si no quisiera soltarle nunca y es que no quiero, si pudiera me lo quedaría para mí, como mi más preciado regalo, un regalo divino, un tesoro.

                Nos ponemos en marcha, hacia el centro, es él quien decide dónde cenar. ¿Quién iba a pensar que sólo somos amigos viéndonos solos compartiendo nuestros platos? Al acabar empezamos una ruta de cañas, primero elijo yo y luego él. Los bares a los que yo le llevo están todos en la misma calle del restaurante, él varía un poco. Así seguimos, uno, dos, tres, cuatro… muchos bares, mucha música y mucha cerveza.

                Termina la noche y vamos al bar donde nos conocimos, una parada obligatoria cada vez que quedamos juntos. Ya estamos algo tocados y no sólo nos bebemos una cerveza allí. Al salir decidimos comprobar si en un local hay conciertos, estaba cerrado; y si un sitio donde se baila salsa sigue abierto, no tuvimos suerte. Iban a ser nuestras últimas paradas antes de volver a casa pero parecía que tocaba ir a dormir. Es tardísimo y a la mañana siguiente él tiene que madrugar para ir a entrenar y yo tengo revisión con el médico.

                Antes de empezar el camino de regreso le pido que me acompañe a un último sitio, tenía que ir al baño y siempre paramos ahí por esa razón. Dentro me encuentro con amigos, los camareros también me conocen. Voy rápido al baño con intención de salir pronto para casa, pero al volver del baño me quedo hablando con todos ellos y pidiendo algo en la barra para mi amigo y para mí. Empezaron siendo dos consumiciones y terminaron siendo demasiadas.

                Es tarde, más de lo que habíamos planeado, ya no iba a pasar nada porque nos quedáramos unas horas más de fiesta, dormir, ya, no íbamos a dormir. Pongo mi mejor sonrisa al camarero y le pido un par de invitaciones para una discoteca cercana.

                Era una discoteca a la que había entrado muy pocas veces y que no me gustaba demasiado, no sé si quería emborrachar a mi amigo, si yo iba demasiado mal o si intentaba demostrar algo pero entramos y con una cerveza más en el cuerpo bailamos y bailamos y bailamos…

                Como le dije al volver a casa nuestra forma de bailar no era de amigos. Bailábamos juntos, muy juntos, muy pegados, con su mano en mi espalda, agarrándome, apretándome fuerte contra su cuerpo. Mi cabeza en su hombro, ladeada, respirando su aroma, me transportaba a otro lugar, un mundo en el que todo lo demás no importaba.

                No sé qué bailamos, una mezcla de salsa, bachata, merengue… no sé. El alcohol, el calor, su olor… estaba extasiada. Su mano en mi espalda, la otra agarraba la mía, nos juntamos de repente y su mano me recorre la espalda, me suelta la mano y me acaricia el cuello, sentía escalofríos.

Yo le seguía, sabía que no podía ser, había un muro, una barrera, había algo que impedía que entre nosotros surgiera algo, sólo seríamos amigos, pero muy buenos amigos. Sabíamos que con nuestras fiestas y nuestros bailes, nuestra forma de provocarnos el uno al otro, sólo conseguiríamos hacernos daño, tarde o temprano sufriríamos. Sin embargo, resulta imposible que dejemos de vernos, aunque lo hacemos poco hay algo que nos atrae y no queremos perder nuestra amistad, pero tampoco podemos vernos como simples amigos porque a pesar de que sabemos que es imposible, que está prohibido, esa fuerza que nos atrae sigue existiendo.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/12

Ilusiones vacías I


                Era sábado y había quedado con un amigo con el que llevaba tiempo sin hablar. Él venía con un amigo suyo y la noche prometía aunque volveríamos pronto a casa. Eran las tres de la madrugada cuando sonó mi teléfono, para cuando quise darme cuenta tenía cuatro llamadas perdidas de un mismo número.
               
                Lo vi, me emocioné, grité y le llamé inmediatamente. No podía ser él, nunca me llamaba, apenas hablábamos y somos buenos amigos pero es muy difícil que coincidamos. Puede ser por eso que cada vez que hablamos mi corazón se acelera, me pongo muy nerviosa y no puedo dejar de sonreír.

                Cuando hablé con él me dijo que quería quedar conmigo, quería saber si había salido y si podríamos vernos. Supongo que él habría salido de fiesta y, o se aburría mucho o le habían dejado solo. Estaba bastante perjudicado y se apenó muchísimo cuando le dije que no podía, que era imposible. Unos días más tarde me contó que, a pesar de que eran las tres de la madrugada, si le hubiera dicho que estaba en casa, en la cama, durmiendo, me habría obligado a levantarme y estaría esperándome en mi portal. Sin embargo, yo sí que había salido de fiesta, pero estaba a varios kilómetros de distancia y me costaría más de una hora llegar a donde él se encontraba.

                Nuestra conversación telefónica terminó con él diciéndome muy seguro: ‘la semana que viene, sin falta, quedamos y nos vemos’. ‘La semana que viene’ llega y un día, de repente, me vuelvo a emocionar, claro, es por él, se había conectado a Skype, lo había hecho para hablar conmigo de cuándo y dónde íbamos a quedar, sólo para eso. No iba a estar mucho tiempo conectado.

                Antes siquiera de que él supiera que yo estaba conectada mi efusivo saludo le alegra la tarde. Pasamos un par de horas charlando, una conversación que un par de buenos amigos tendrían se convierte en otra cosa a medida que recordamos algunos de los momentos que compartimos, empezamos a tontear y antes de que se nos vaya de las manos concretamos el plan del fin de semana y nos despedimos.

                Quedamos para cenar juntos al día siguiente, los dos solos, y salir luego a tomar algo, quizá también fuéramos a bailar. Al cerrar Skype mi cara mostraba una amplia sonrisa, estaba ilusionada, quería verle, iba a verle.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/08

Para siempre es mucho tiempo VII


                Llevo semanas dándole vueltas a la forma de escribir este adiós. Zanjarlo y publicarlo resulta ser mi forma de pasar página. Un punto y aparte para comenzar otra historia. Los sentimientos desaparecen, se esfuman de repente, probablemente no vuelvan y duele saber que siento lo mismo que al principio pero ya no es igual. Duele pasar por los mismos sitios y rememorar momentos tan especiales. Duele rescribir la historia final y revivir el último instante que tan profundamente me ha herido.

                Prometimos llamarnos y escribirnos y lo hicimos, aunque menos de lo que me habría gustado. Mientras duraban mis pequeñas vacaciones apenas tenía tiempo, no paraba, por la mañana me despertaba para visitar la ciudad y volvía por la noche para prepararme e ir de fiesta, pero esto es otra historia. Sin embargo, no dejaba de escribirle y contarle cómo me iba el día, llegó un momento en el que no obtuve respuestas, no me importaba, suponía que andaría tan liado como yo.

                Cuando volví llevaba cuatro días sin contestar y empezaba a preocuparme. En casa ya y tras escribirle y llamarle más de mil veces avisándole de que había regresado y seguir sin tener noticias suyas mi preocupación se tornó gris y pasé a enfadarme mucho. Eran muchos días sin que diera señales de vida para alguien que me dijo que me quería.

                El mensaje que consiguió arrancarle una respuesta denotaba mi cabreo, me escribió una frase por todos temida: ‘tenemos que hablar’. No parecía estar por la labor de hacerlo cara a cara porque un minuto después recibí otro mensaje que decía que ya no quería seguir conmigo, me explicaba que no quería una relación en esos momentos y ese fue el motivo por el que terminó lo que quiera que tuviéramos. Me enfadé más si cabe, no porque me dejara, más bien porque no podía creer que esa fuera la razón real y, sobre todo, porque no fuera capaz de decírmelo a la cara.

                Está claro que nuestra historia no fue larga, no pasó de un mes. No voy a decir que él fuera esa persona ideal, ese sapo de cuento que con un beso se vuelve apuesto y azul, él era un príncipe y se ha terminado convirtiendo en el sapo.

Y no me creo a mí misma cuando me veo buscándole en estanques por si con otro beso pudiera conseguir revertir la fórmula.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/05

Para Siempre (es mucho tiempo) VI


                Intentaba no morderme a pesar de que era en vano. Cuando no podía evitarlo, cuando las ansias recorrían su cuerpo, mi labio inferior quedaba atrapado entre sus afilados dientes. Intentaba hacerlo con suavidad pero no lo conseguía, dolía.

                Estábamos juntos en mi casa, en mi cama, él había estado con sus amigos, era muy tarde y yo había permanecido despierta esperándole. ¿Y para qué? Para tenerle a mi lado, tumbado, semidesnudo, mirándome, besándome… Era todo lo que deseaba, no quería más, sólo poder contemplarle siempre, sus ojos brillantes, su sonrisa, esos dientes que tanto daño me habían causado, la barbita de dos días que le daba un aspecto mayor, su torso desnudo que aunque no tuviera unos músculos demasiado marcados no está nada mal.

                No podía parar, no podía parar de mirarle, de tocarle, de besarle. Se hizo tarde y caímos rendidos, dormimos abrazados y al día siguiente desperté con una amplia sonrisa en la cara a pesar de haber dormido poquísimo. Él estaba a mi lado. Nos vestimos, desayunamos y nos despedimos.

                Así pasaron los días, podíamos quedar para desayunar, incluso a partir de las dos de la madrugada. No teníamos mucho tiempo libre pero nos las apañábamos para conseguir vernos todos los días.

                Sucedió muy rápido, había pasado poco más de una semana desde que nos besamos por primera vez y él no desperdiciaba ningún momento. Disparaba ‘te quieros’ en mi dirección como flechas afiladas que no tengo claro que fueran del arco de Cupido, simplemente me extrañaba que se hubiera dado tanta prisa en decírmelo. Yo no era capaz de soltarle una bomba así, muchas veces le decía que no podía ser, que no nos conocíamos lo suficiente.

                En su casa todos sabían de la existencia de una chica, de mi existencia. Su hermana nos había visto juntos y su madre, como todas las madres del mundo, con sus superpoderes que todo lo notan, que todo lo perciben y que todo lo saben terminó dándose cuenta. En mi caso no era tan fácil, no podía contarlo, ni siquiera mis amigos lo sabían, y aunque gritarlo a los cuatro vientos habría sido genial necesitaba más, me daba miedo que todo acabara tan rápido como había empezado.

                Aun así nada había cambiado entre nosotros, al verle sólo quería abrazarle y besarle y quedarme pegada a su cuerpo sin poder despegarnos. Me hacía sonreír, me hacía feliz…

                Llegó el primer momento en que lo íbamos a pasar mal, estaríamos lejos durante una semana y media. Tras un par de semanas viéndonos a diario sería difícil, sería triste, pero estaba segura de que al volver no nos soltaríamos.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/05/01

Para Siempre (es mucho tiempo) V


                Realmente daba igual, si no quería besarle antes era porque quería que durara, que fuéramos amigos durante un período de tiempo mayor, quería alargarlo, que si se estropeaba por lo menos tuviéramos una bonita amistad que mantener, o que recordar. Al actuar como si saliéramos juntos, aunque sin besarnos, no le encontraba sentido a lo que estaba haciendo. Además, no había otra cosa que deseara más que besar sus labios.

                Terminó ganando la partida de dardos, se le veía feliz, no sé si fue por haber ganado la partida, por haberme ganado a mí o por ambas cosas. Salimos del bar, todos iban a casa, pero él y yo nos metimos en su coche con dos posibles opciones: aparcar el coche en el garaje y cada mochuelo a su olivo o ir a dar una vuelta. Le pedí que me llevara a algún sitio bonito que él conociera donde pudiéramos estar tranquilos.

                Fuimos a un parque desde donde se veía todo el barrio, y lo sé porque ya había estado allí antes, porque nada más salir del coche empezó a llover, al principio no nos importó mojarnos pero en cuanto la lluvia comenzó a caer con fuerza corrimos de vuelta hacia el coche a resguardarnos.

                Dentro las gotas repiqueteaban contra los cristales, teníamos frío, estábamos empapados, la calefacción del coche estaba encendida, los asientos reclinados y nosotros, después de aguantar tantos días sin besarnos cuando era lo que más queríamos, no podíamos despegar nuestros labios.

                Pasamos horas tumbados, besándonos, mirándonos, sonriéndonos, no quería parar, ni siquiera sabía el tiempo que llevábamos metidos en el coche. Era como estar en el cielo, mirar sus ojos y ver aparecer su sonrisa, me volvía loca. Ese chico me volvía loca y pensaba que me estaba precipitando pero no podía haber una forma mejor de precipitarme, en sus brazos.

                En una de esas, después de un largo y apasionado beso, en ese instante en el que nos separamos, justo cuando sus labios rozan los míos, sus dientes lo atraparon. Me mordió y dolía, decía que era una quejica, me hizo daño, sé que no fue su intención y no puedo decir que me desagradara aunque tendría que intentar hacerlo suavemente.

                Fue tras unos de esos mordiscos cuando él soltó una bomba, un ‘te quiero’. Yo fingí no haberlo oído, esperaba que fuera por la emoción de ese instante, me asustó pero le resté importancia, no podía quererme, nos conocíamos desde hacía una semana. Por supuesto no le devolví tal bomba, le besé, le besé con fuerza porque a pesar de todo me hizo ilusión. Lo repitió más veces a lo largo de esa noche y yo no sabía qué hacer, qué decir. Ya no podía ser por la emoción, pero tampoco podía ser de verdad.

                Finalmente y con mis labios desgarrados regresamos a casa con la promesa de volver a vernos en los próximos días.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/28

Para Siempre (es mucho tiempo) IV


                Al día siguiente volvimos a vernos, se había convertido en habitual, siempre que estábamos en la misma ciudad quedábamos a diario y será porque entre él y yo había algo, el chico me gustaba y estaba claro que yo a él también. Me encantaba quedar con él, verle, abrazarle y estar horas hablando y riendo juntos. Pensaba que podría ser para siempre pero eso me daba miedo y quería ir despacio, sin precipitarme porque sabía que si no lo hacía así me dolería.

                Me gustó comprobar que el día acabó y él respetó que no quisiera besarle, sin embargo parecíamos una pareja, nos abrazábamos, íbamos agarrados de la mano, de la cintura, reíamos, tonteábamos y jugábamos como niños.


                Era miércoles y volvimos a quedar, por la tarde, una horita para hacer unos recados juntos y después por la noche nos veríamos de nuevo. Llegó la hora y salimos juntos, decidí a donde quería ir, él conducía. Parecía imposible aparcar cerca del sitio al que quería ir y como él sabía de mi afición por el billar me llevó a una sala de billares. Nos sentamos en una mesa con un café cada uno y unos minutos después empezamos a jugar.

                Me ganó, no soy buena al billar pero lo paso genial jugando. Me di cuenta de lo competitivo que era él y de cuánto le gustaba ganar. Me explicó que se enfadaba si perdía, por lo menos cambiaba de humor, me costaba creerlo pero, poco después pude comprobarlo.

                Salimos de los billares y me llevó a un bar donde le esperaban unos amigos, el rubio que conocí el mismo día que le conocí a él entre otros. Charlamos mientras bebíamos unas cervezas con ellos y se pusieron a jugar a los dardos. Fue entonces cuando vi que no mentía, empezó no demasiado bien, no ganaba, pero según aumentaba su puntuación su cara se iluminaba, sus ojos brillaban y esa sonrisa perfecta suya asomaba más a menudo.

                En ese momento, mientras sus amigos jugaban sus respectivos turnos, nosotros hablábamos, abrazados, de la mano… y no pude resistirlo más, en los billares me costó mucho contenerme. Le besé. Me preguntó qué había cambiado, por qué ahora no me importaba besarle, le callé con otro beso, le dije que ya daba igual y volví a besarle.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/24

Para Siempre (es mucho tiempo) III


                Cuando volví dejé todo en casa, recogido y bien ordenado y salí a cenar con una amiga. Era un día especial para mí, quedamos porque teníamos miles de cosas de las que hablar y de las que reír también. Quería presentarle al chico que había conocido unos días atrás aunque me moría de vergüenza. Había quedado unas horas más tarde con él en el mismo restaurante para ir a tomar algo a otro sitio.

                Llegaba la hora y le conté a mi amiga que iba a venir un chico, ella se reía de mí porque el chico era algo menor que yo. Esperamos unos minutos, él no aparecía, como mi amiga tenía que levantarse pronto al día siguiente para ir a trabajar y se le estaba haciendo tarde nos despedimos. Nos separamos en un cruce y al girarme para dirigirme a mi casa le vi, estaba a escasos metros de distancia, sin apartar su mirada de mí, con su sonrisa perfecta, esa sonrisa que me encantaba ver dibujada en su cara.

                Fuimos juntos a un bar y nos dieron las doce de la noche. El camarero, al que los dos conocíamos, no dejaba de bromear y preguntarnos si ya estábamos saliendo juntos, si ya nos habíamos besado, si nos habíamos acostado… En fin, unas bromas algo incómodas y, no, nada de eso había pasado.

                Algo más tarde nos íbamos a casa, él, como siempre, me acompañó al portal y si el día en sí ya era especial para mí él hizo que lo fuera aún más besándome. Me parecía muy pronto, yo me despedí de él con un abrazo y él me besó. Yo le abracé y al ir a separarnos nuestros brazos quedaron enredados en el cuerpo del otro, nos obligó a permanecer cerca, muy cerca, unidos, juntos, unos segundos que él aprovechó para robarme ese beso.

                Subí a casa rápidamente y me tumbé en la cama, no estaba nerviosa, más bien confusa. Desde el principio sabía que ese chico quería algo más que una relación de amigos, pero no pensé que se atrevería a besarme, no tan pronto.

                Cogí el móvil y le escribí, le expliqué que no era mi intención devolverle el beso como había hecho, que quería despedirme de él con un abrazo y nada más, pero me dejé llevar. Le dije que en otro momento le contaría los motivos y aún no lo he hecho. Él lo aceptó y lo respetó. No hizo preguntas y yo lo agradecí.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/21

Para Siempre (es mucho tiempo) II


Tras conocernos conseguimos convencernos entre nosotros para salir de fiesta, no hasta muy tarde, pero sí lo suficiente como para bailar un rato. El rubio nos llevó a todos en coche. Entramos a un par de sitios a tomar algo y movernos un poco, no había ambiente un martes así que volvimos prontito a casa.

Al día siguiente me di cuenta de que no tenía el móvil, lo había perdido. Probablemente se me habría caído en el coche. Gracias a que conservaba la nota con su número de teléfono pude llamarle, me costó varias horas contactar con él, pero cuando lo conseguí me calmó, estaba en el coche, lo habían encontrado y esa misma tarde quedamos los tres para que yo lo recuperara.

Cuando llegué sólo estaba el chico moreno, me explicó que su amigo no iba a ir, que habían estado antes juntos y le había dado el teléfono para que me lo devolviera. Al igual que perder mi móvil parecía un truco, una excusa para volver a verle, que el rubio no apareciera también parecía un truco, una excusa para que el moreno y yo nos quedáramos solos.

Estuvimos tomando algo, un par de bares, una conversación muy agradable, reíamos y estábamos cómodos a pesar de la vergüenza que teníamos. Por fin pude mirarle a los ojos, unos ojos preciosos, marrones a primera vista y que, como pude comprobar más adelante, se aclaraban con la luz.

En el último bar en el que estuvimos nos quedamos horas sentados, uno frente al otro, parecieron segundos, se hacía tarde y teníamos que irnos aunque ninguno estaba por la labor. Alargué un poco más el tiempo junto a él pidiéndole que fuéramos al bar donde nos conocimos.

Ya era hora de irnos, de despedirnos y nada más llegar a casa, con mi móvil recién recuperado, empezamos a mandarnos mensajes, tonteamos un poco y terminamos quedando para desayunar al día siguiente.





Le llevé a una cafetería del barrio donde ponen unos desayunos exquisitos, yo sabía qué pedir, no era la primera vez que yo desayunaba allí, un capuchino, un zumo de naranja y un croissant relleno de jamón y queso. El chico me miraba receloso, tenía envidia de mi café. Tras el desayuno fuimos a pasear cerca de la playa.

Íbamos despacio, tranquilos, disfrutando del paseo. Llovía, el agua mojaba nuestros rostros, hacía frío y empezó a nevar. El paisaje era espectacular y más aún con la compañía que tenía, disfrutábamos mucho estando juntos.

Llegaba la hora en que él tenía que ir a clase y yo coger un autobús. Igual de simpático que siempre me acompañó a casa a recoger y hasta el autobús. Nos despedimos con un abrazo, esperó a que me subiera y pasamos tres días separados.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/17

Para Siempre (es mucho tiempo) I

                Puede que haya llegado el fin, el fin de todas estas historias, el fin de todas estas fantasías, puede que haya llegado el fin de regalar mi corazón cada noche, el fin de regalar mis besos a cualquiera. Y si continúo escribiendo será para contar nuestra historia, siempre de la misma persona, será nuestra historia, una historia que ojalá no acabe nunca.

                Yo quería pasarlo bien, lo tenía claro. Me propuse no comprometerme con nadie hasta los treinta, me propuse conocer bien a las personas con las que podría llegar a tener algo más. Comenzar consiguiendo  una bonita amistad. La verdad, lo estaba logrando, quedaba a menudo con ellos y teníamos una sana amistad que quería seguir alimentando.

                No tenía de qué preocuparme, quedaba con amigos y lo pasaba genial, no necesitaba más, pero seguía gustándome salir y conocer gente. Y aunque había muchos que no querían más que una noche de desenfreno también estaban los que querían ir poco a poco y conocer a la otra persona.

                Y con el plan de celebrar el cumpleaños de una amiga salimos una noche de martes. Ya habíamos quedado por la tarde, le tenía preparada una pequeña sorpresa, pero a la noche, ella, después de clase, quería ir a tomar algo y ver el partido.

                Entramos a una famosa cervecería del barrio donde un amigo mio atendía la barra. Mi amiga me esperaba con una tónica en la mano mientras hablaba por teléfono, alguien le estaba felicitando. Pedí una cerveza, charlé con el camarero y me puse a ver el partido hasta que mi amiga colgó. Charlamos y vimos juntas el partido, ni siquiera sabíamos quiénes jugaban.

                Estábamos cerca de las mesas, en una se sentaban unos señores algo mayores y en otra un par de chicos, uno rubio y otro moreno, aunque sólo veía a uno, el moreno me daba la espalda, el rubio estaba frente a mí, era muy guapo. De los señores también había uno que no dejaba de mirarnos y nos ponía de los nervios.

                De repente, el camarero vino a hablar conmigo, a descansar un poco y a charlar porque últimamente nos veíamos poquísimo. Mientras hablábamos saludó a alguien y desapareció un momento, fue a hablar con los dos chicos de la mesa, les conocía. Volvió con nosotras y en cuanto dijo ‘¡qué majos!, mi lengua que es más rápida que mi cerebro a veces soltó ‘y guapos’, ¡la que acababa de armar!

                El camarero sin dudar nos dijo que nos sentáramos con ellos, que él lo arreglaba con ellos, consiguió un par de sillas más para nosotras y allí fuimos. Mi amiga no quería, le daba mucha vergüenza y prefería que estuviéramos las dos solas hablando de nuestras cosas tranquilamente. Pero como ya nos había conseguido un par de asientos a su lado y yo había sido tan bocazas no podíamos quedar mal, nos armamos de valor y nos sentamos a su lado.

                Yo sólo había visto al rubio de frente y me pareció guapo, quería tenerle enfrente para poder verle mejor, le pedí a mi amiga que me dejara sentarme frente a él pero no me hizo caso.

                Ellos estaban más nerviosos que nosotras, no sé cómo, ni sobre qué empezamos a hablar, pero terminamos hablando los cuatro, conociéndonos y toda la tensión y la timidez se esfumó con la segunda copa de la noche.

                Frente a mí estaba el moreno, no podía mirarle a los ojos, fue verle y arrepentirme al instante de haber querido tener a su amigo delante y no a él. Estaré eternamente agradecida a mi amiga por no haberme hecho caso. Estaba muy avergonzado, se le notaba, se había ruborizado muchísimo, estaba monísimo, tenía una sonrisa que me atraía y no podía dejar de contemplarla, era una sonrisa perfecta con unos dientes blanquísimos, de película. De vez en cuando intentaba mirarle a los ojos, él también me miraba mucho, como si quisiera decirme algo pero sin atreverse. Noté varias veces como sus ojos se clavaban en mí.

                Al rato, cuando nos íbamos, el moreno de la sonrisa perfecta fue a pedir la cuenta. Volvió con el camarero, quería pedirme el número de teléfono pero no se atrevía, no sabía cómo. Fue el camarero quien nos dio un papel a cada uno para escribir nuestros teléfonos, los intercambiamos y aquí, conmigo, sigue su nota. Ese fue el primer momento en el que sentí que éramos sólo él y yo, todo alrededor desaparecía.



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/14

S7


                Una historia interesante, una historia bonita, una historia romántica. Mi intención fue únicamente contar la historia de lo acontecido con aquel chico y en aquel lugar. Y al publicarse me asaltan a mensajes, mensajes suyos y mensajes de amigos que me dicen que chicos como ese quedan pocos. Chicos que te hacen sentir como la protagonista de una historia de amor de película bajándose del taxi y echando a correr a buscarte antes de que sea tarde, sólo para robarte un último beso y, así, conseguir que nunca te olvides de esa historia tan especial ni de ese sensacional chico.



                Y nuestra historia publicada, de alguna forma que no logro entender, porque la escribí con cautela y sin apenas mostrar mis sentimientos, consiguió mover algo dentro de él y la conversación que tuvimos poco después logró que mi ser se desprendiera de la fuerte coraza que me impedía dar a conocer lo que sentía sin necesidad de pensármelo dos veces. Resultó abrumadoramente fácil.

                Al principio pensé que sería por la distancia que nos separaba, pero terminé dándome cuenta de que la razón era que de algún extraño modo somos parecidos, sentimos de una forma similar y sobre todo nos sentimos increíblemente cómodos el uno con el otro.

                La forma en que hablamos esta noche y las cosas de las que hablamos, puede que el libro meloso que he leído después también contribuya, han hecho aflorar sentimientos que creía muertos y sentimientos que nunca había percibido. Todo resulta fácil con él, quizá porque estamos lejos y no nos vemos, quizá porque nos conocemos poco y todo del otro nos interesa, quizá porque no nos apresuramos y no sentimos la necesidad de hacerlo, quizá porque nuestra relación fluye constante y sincera, hay quien lo llamaría ‘ritmo’.

                Se suponía que íbamos a vernos pero un giro del destino hizo que tuviéramos que aplazarlo, puede que hasta suspenderlo. Con todo esto la conversación que mantuvimos se volvió muy sentimental y dulce, queríamos vernos, tocarnos, abrazarnos y besarnos. Cualquier cosa que dijéramos hacía que sólo lo deseáramos con más fuerza. Saber que no volveríamos a vernos hasta quién sabe cuando nos afligía.

                Gracias a esto hemos descubierto nuevas sensaciones, nuevos sentimientos que sólo nosotros hemos podido sacar a la luz y que sólo nosotros logramos entender, porque creo conocer cómo se siente él y sé muy bien que él sabe perfectamente cómo me siento yo.

‘No sé cuánto me importas, pero la sensación es como de si me importases de verdad y te alejases, y no me gusta’.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/10

Tenemos ritmo

                Fue allí, con un amigo. Íbamos a salir esa noche pero él quería quedar con un chico que conocía del pueblo y que vivía por allí. Me enseñó fotos, me decía que me parecería guapo, pero francamente no me lo pareció tanto.

                Cuando quedamos con él nos llevó a tomar algo, el chico no debía ser muy fotogénico porque, igual era por la cerveza, me parecía más guapo cuando por fin le vi. Hablamos bastante para ser la primera vez que nos encontramos, mi amigo también ayudaba en la conversación y siempre que podía, cuando el chico nuevo se iba, me preguntaba si me parecía guapo, creo que intentaba hacer de Celestino, creo, no lo sé.

                La noche cayó y fuimos a cenar, encontramos un restaurante mexicano. Allí cenamos y bebimos, reímos y contamos historias. El chico iba a acompañarnos a los bares, mi amigo quería salir para las doce de la noche, lo hicimos. El primer bar, un par de cervezas, que no sé cómo terminé siendo la última en acabármelas, pidieron una canción. Y, en marcha hacia la siguiente taberna. Sonaba buena música, buen rock, buen heavy y en la puerta nos dieron una invitación a una cerveza, no podíamos pedir más. Fue ahí donde el chico y yo hablamos de todo.

                Salimos, mi amigo quería ir a una discoteca, la buscamos y preguntamos por ella pero al final no encontramos, cambiamos nuestro destino, fuimos a otra más cercana. Una vez dentro y con dos consumiciones que contenía la entrada bailamos. Pedimos la primera copa, bailamos, pedimos la segunda copa, bailamos, al chico nuevo y a mi nos invitaron a tequilas, bailamos. Mi amigo fue al baño dejándonos solos, y para mi sorpresa, nada más irse, el chico se me abalanzó, me besó, no me aparté, me gustó. De hecho creo que nuestro amigo estuvo metiendo cizaña para que algo así ocurriera.

                Se me nublan los recuerdos a partir de ahí, supongo que bebí demasiado alcohol, supongo que él bebió mucho también porque no sabemos muy bien lo que pasó. Recordamos, gracias a algún amigo que hicimos ese día, que nos caímos en la pista de baile, al parecer yo intenté un paso complicado y caí, y el chico cayó encima mio.

                Tampoco sé cómo llegamos los tres juntos a la habitación, él no podía quedarse, recogió su chaqueta y se fue, mi amigo se había dormido ya y alguien llamó a la puerta, era él, volvía, no podía irse. Me ruboricé, que muchacho tan encantador, había pagado para quedarse una noche conmigo. Dormimos juntos y mil y un historias más.

                Al día siguiente se fue pronto, pero esa noche volvimos a vernos, traté de guardar las distancias, él hizo lo propio, aun así, ambos queríamos estar más cerca, mucho más cerca. Volvimos a cenar juntos, a beber juntos, a salir juntos. Aguantamos hasta que él se despidió en la discoteca sin besarnos, casi sin hablarnos. Los dos habíamos estado esperando ese momento y nos concentrábamos en que no pasara por no abandonar a nuestro amigo.

                Pero justo nos besamos cuando se iba, le pedí que no se fuera, ‘no te vayas’ le dije, ‘quédate’. A lo que él me contestó que no pintaba ya nada allí, pero sí que lo hacía, estaba besándole, tenía que significar algo. Se quedó hasta que decidimos irnos todos, y nos fuimos todos juntos.

                Él no vivía cerca, tenía que coger un taxi, y no iba a volver a pagar por quedarse conmigo, volvimos a despedirnos en la parada de taxis. Era el último momento en que nos íbamos a ver. Me pidió que le echara, que si no lo hacía no podría irse, no lo conseguí, no quería, pero se fue, cogió el taxi, y mi amigo y yo, caminamos. Llegamos al portal y el chico llamó a mi amigo, le pidió que me pusiera al teléfono.

                Había bajado del taxi, había vuelto sobre sus pasos y se dirigía al lugar donde yo me encontraba. Mi amigo subió a la habitación. Me quedé a esperarle, llegó y me dijo que después de haberle pedido que no se fuera no podía hacerlo así.

'No irá a menos, si lo hacemos bien siempre encontraremos nuestro punto de encuentro. Mientras haya verdad funcionará.'



''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

2013/04/07

¿Jugamos?


                Éramos tres las que celebrábamos nuestro cumpleaños, las tres a la vez, con todos nuestros amigos, aunque por una cosa o por otra terminamos siendo sólo diez personas. Estaba todo planeado, odiamos los cumpleaños aburridos así que decidimos hacer algo diferente.

                El día anterior a la celebración quedamos las tres para organizarlo todo, las ideas fluían, papeles de colores, rotuladores, tijeras, eran manualidades… Una de nosotras nos había preparado una sorpresa también. Lo pasamos genial creando juegos. Sobre todo, lo pasamos genial manteniendo la intriga entre los asistentes a la fiesta.

                Llegó el día de la celebración, quedamos los diez en la calle a las 20.00, nosotras tres habíamos estado ultimando los preparativos unos minutos antes, nos hicimos de rogar y llegamos tarde. Entre nuestras manos llevábamos globos de colores, uno para cada uno. Ellos eligieron el que querían, descubrieron que había algo dentro. Tendrían que explotarlos para saber qué era. Estaban nerviosos, no tenían claro si debían o no romperlos, preguntaban, se miraban, no sabían si tenían que explotarlos siguiendo un orden… Nosotras no podíamos parar de reír. Por fin los explotaron, pero allí no había nada, unos papeles naranjas sin nada escrito en ellos, en ninguno de ellos encontraron nada... ¿o sí? Había uno que contenía un mensaje, pero quien lo encontró no sabía si comunicárselo al resto. Por fin entendieron que había que trabajar en grupo.

                El papelito les llevó a un bar con un mensaje algo confuso, la mitad del grupo echo a correr en dirección contraria pensando que había que ir hacia allí y pocos se quedaron madurando el texto. Cuando lo entendieron fueron todos directos al primer bar, allí tenían que hablar con la camarera, decirle: ‘Tócala otra vez, Sam’. La chica les entregó un paquete, dentro estaba la segunda pista que les llevaba a un pub irlandés, muy apropiado en esa fecha próxima a San Patricio. También contenía un pequeño sobre con piezas de una especie de rompecabezas y diez claveles rojos para repartir entre todos.

                Una vez descifrado el pub irlandés al que tenían que dirigirse y tras la primera cerveza de la noche, entramos, había partido de fútbol, no fue nada fácil abrirse hueco hasta la barra. Mis amigos tenían que hablar con uno de los camareros, acertaron a la primera y se lo dijeron al adecuado, esta vez la frase fue: ‘Nos podrán quitar la vida, pero jamás nos quitarán la libertad.’ Una frase muy propicia en el lugar en el que nos encontrábamos. Como en el primer bar, les dieron un paquete, esta vez tenían corbatas rojas, negras y blancas; la pista para la siguiente parada y más piezas del puzle.

                Esta vez costó más adivinar el siguiente bar al que nos dirigíamos, y al entrar fueron a la barra a decir ‘¡Corred, insensatos!’, pero no sabían que tenían que decírselo a la chica, el hombre no sabía que estaban diciéndole, el pobre estaba alucinando, les pidió que le repitieran lo que le decían como tres veces hasta que apareció la chica corriendo y diciendo que ella sabía de que se trataba. El paquete: piezas del puzle, la siguiente pista y en este caso pistolitas de juguete.

                Ya llevábamos un clavel, una corbata y pistolas. Para llegar al siguiente establecimiento tuvieron que hacer memoria y recordar las clases de química del colegio. La frase se la dijeron a un camarero algo vacilón. La frase, ‘que la fuerza te acompañe’ y su respuesta ‘enseñadme las espadas láser’ dejó a mis amigos descolocados. Al fin les dio el paquete que para la sorpresa de muchos no contenía pista, había sombreros, y las últimas piezas del puzle.

                Estas piezas nos llevaron al restaurante donde cenamos muy a gusto, ya llevábamos cuatro cervezas en el cuerpo antes de cenar y  mientras estábamos sentados a la mesa ocurrieron miles de cosas inesperadas y bastante graciosas, las fotos de esa noche pueden demostrarlo. Terminamos y trajeron la cuenta, bajo ella había un papelito, del mismo color que las pistas anteriores, azul, al parecer el juego no acababa ahí. Sólo quedaba algo por hacer, ir al karaoke.


''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''