Me
piden que hable de mi primer amor, un amor de la infancia, un amor que me hacía
sentir una princesa, un amor divertido, un amor sin enfados, un amor sin
preocupaciones, un amor infantil. Me piden que escriba una página de aquel
diario que habla de él, ese que escribí con menos de 15 años, pero releyéndolo me
he dado cuenta de que esas líneas no narran las cosas cómo las veo ahora, no
expresan los sentimientos que recuerdo de aquellos días. Puede que sea porque
la nostalgia me invade, porque he olvidado lo malo, pero el recuerdo que tengo
de aquellos años es mágico ahora y así es como me gustaría plasmarlo.
Era todo
tan nuevo y tan extraño para mí, me encantaba estar con él, era mayor que yo,
pero siempre jugábamos juntos en el patio del colegio, en el recreo o por las
tardes al acabar las clases. Era una amistad inocente, me divertía con él,
éramos amigos. Yo nunca pensé en salir con él, no hasta que empecé a oír
cuchicheos entre mis amigas, decían que le gustaba, no sé si no me lo creí o no
quería creerlo, pero quise esperar a que me lo dijera él.
Llegó
el día, me pidió salir, le dije que sí, aunque estaba asustada, nunca antes
había tenido novio, no quería dejar a un lado a mis amigas y, luego estaban mis
padres, ¿qué iba a contarles? Decidí no contárselo, alucinarían, y no sabía
cómo decírselo. Tuvimos que mantener nuestra relación en secreto, no fue fácil
porque cualquiera podía vernos paseando agarrados de la mano, tenía que mentir
a mis padres, darles excusas, incluso pedir a mis amigas que mintieran por mi.
Disfrutamos juntos durante
años, íbamos al cine, jugábamos en el parque, nos tumbábamos en el césped… Siempre
encontrábamos una forma para vernos, para estar juntos. Él iba a buscarme a
casa para acompañarme al colegio, incluso viviendo en el extremo opuesto de la
ciudad, también me acompañaba de vuelta. Nos mandábamos notitas entre las clases. Nos escondíamos del mundo para poder vernos. Me llamaba princesa, me trataba como si realmente lo fuera, éramos lo más cursi que ha existido, sus cartas lo confirman, pero me encantaba.
Siempre me hacía reír. Fue una época increíble de mi vida, inolvidable. Su cumpleaños, el mío, navidades, los catorces de febrero, todo cobraba un sentido especial, mágico, un sentido que nunca he vuelto a entender. Era pequeña, demasiado inocente, todo era hermoso para mí.
Siempre me hacía reír. Fue una época increíble de mi vida, inolvidable. Su cumpleaños, el mío, navidades, los catorces de febrero, todo cobraba un sentido especial, mágico, un sentido que nunca he vuelto a entender. Era pequeña, demasiado inocente, todo era hermoso para mí.
Era un amor infantil.
Era un amor prohibido.
Mis padres
terminaron enterándose, no fue una relación precisamente corta, tuvimos
nuestros más y nuestros menos, lo dejamos varias veces aunque luego volvíamos
juntos. Estas rupturas solían deberse a que a mis padres no les hacía ninguna
gracia, no es que él no les gustara, siempre les habían dicho que era un chico
estupendo, pero pensaban que yo era demasiado joven, que tenía que disfrutar de
mis amigas y olvidarme de novios... Nunca fui capaz de plantarles cara, de
decirles que ese chico me hacía feliz, que quería estar con él por encima de
cualquier cosa.
Y aunque
lo intenté, la presión terminó venciéndome.
Aún guardo sus cartas, escondidas, guardadas donde nadie las encuentre; aún me trata como si fuera una princesa, y eso que hace casi 10 años que ni nos vemos. Aún recuerdo los paseos, los encuentros en portales ajenos, los besos que fueron y no fueron, las palabras que él tanto ansiaba oír de mis labios, el 'hierbing', las noches de mensajitos, su gorro... Aún conservo sus regalos, y él los míos... Aún...
Aún...
''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''
Aún guardo sus cartas, escondidas, guardadas donde nadie las encuentre; aún me trata como si fuera una princesa, y eso que hace casi 10 años que ni nos vemos. Aún recuerdo los paseos, los encuentros en portales ajenos, los besos que fueron y no fueron, las palabras que él tanto ansiaba oír de mis labios, el 'hierbing', las noches de mensajitos, su gorro... Aún conservo sus regalos, y él los míos... Aún...
Aún...
''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''
Que menos, que tratarte como lo que eres. Volvería a nacer para volver a encontrarme contigo. Me gustaría volver a vivir todo aquello con esto que has escrito como una carta del futuro para saber lo que pasaría y poner mas empeño y mas ganas aun para que saliera todo bien y poder borrar de este texto la frase "Y aunque lo intenté, la presión terminó venciéndome". Que decirte Princesa que me alegro ser lo que fuimos y me entristece no haber sido capaz de no conseguir que fueras mi única princesa y yo tu único príncipe.
ResponderEliminar¡Eres tan dulce! Gracias por estar siempre ahí y por ser un incondicional de mis historias. Gracias por todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquí estaré siempre, para revisar todo jajaja y darme cuenta de que has escrito 3 meses después de publicarla. Yo te tengo que dar gracias por que tu también has estado ahí siempre que te he escrito. No cambies y no dejes de escribir. Otro abrazo para ti pero de estos que duran bastante. Un besin
ResponderEliminar