2013/12/18

Cartas a Romeo

                En un momento todo se desvanece, como el polvo entre los dedos; se deshace, como la nieve con los rayos del sol. Los nudos se rompen, incluso aquellos que parecían irrompibles, incluso aquellos que se prometieron irrompibles.

                Pero no me culpo, no me culpo porque lo intenté, porque a pesar de todo seguí creyendo, la fe que tenía en nosotros era mayor que cualquier contrariedad, sabía que no estaríamos juntos pero a pesar de ello confié en ti, en mí, en nosotros, confié en que los sentimientos que, a pesar de la distancia, sabíamos que eran mutuos no desaparecieran.

                Y qué tonta fui al creer en tus palabras, al emocionarme con tu mirada, al turbarme cuando tu mano cogía la mía, al buscar tus labios, al fundirme contigo… al sentir que era único, nosotros, todo, el mundo, nada...

Y qué tonta soy al seguir creyendo que lo nuestro no ha muerto, ya no me miras, no me besas, no me escribes ni me abrazas y, sin embargo, pienso… No, sé que me echas de menos, que si volviéramos a vernos ahora correrías hacia mí, me abrazarías, me besarías y terminaríamos desnudos bajo la luz de la luna llena que nos espiaba en todos nuestros encuentros fugaces.

Probablemente esté confundida, no será cierto, ya no pensarás en mí, has encontrado a otra y será ella quien se emocione y tiemble al verte, correrás hacia ella para besarle y hace días que a mí ya me habrás olvidado.

Lo que no logro entender es por qué, por qué te costó tanto decírmelo, por qué dejaste que fuera todo tan idílico para romperlo de golpe. Tú sabías que iba a ser un duro golpe, una caída al vacío que nada ni nadie podría detener y temías ser tú quien cayera pero has terminado siendo tú quien me ha tirado por el precipicio.

                No permitiré que atribuyas mis lágrimas a las circunstancias, ni a nada ni nadie más que a ti. No fuiste capaz y yo nunca volveré.




''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

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