Llevábamos horas en el mismo
bar, la chica con la que había quedado ya se había ido, sólo estábamos mis
amigos y yo. Ya estaba un poco harta de ese sitio, de esa música, sólo tenía que
pagar y nos iríamos.
Pagué,
estábamos marchándonos, mis amigos ya estaban en la puerta, saliendo, y un
chico me paró. Todo apuntaba a que nos quedaríamos más tiempo. El chico me
presentó a su amiga, era guapísima, imposible no fijarse en ella imposible
apartar la vista de esos ojos, esa boca, ese cuerpo. Su amigo quería que nos
besáramos, no tenía que decírmelo dos veces, pero no estaba muy claro que ella
quisiera.
De
repente me encontré besando sus labios, se me abalanzó. Luego me contó que si
no se atrevía en ese momento a besarme más adelante no lo iba a hacer. Sus
besos eran dulces caricias que provocaban pequeños escalofríos en mi cuerpo,
quería retenerla a mi lado. Era dulce a la vez que atrevida, no le daba
vergüenza, y eso que fue la primera vez que besó a una chica.
Sé
que le gustó y sé que su amigo estaba feliz por haber conseguido vernos juntas.
Mis
amigos seguían en la puerta esperándome, después de haberles metido prisa para
irnos fui yo la que se quedó. Esa chica me eclipsó, tenía luz propia,
resplandecía, era preciosa, simpática y algo loca. No podía dejarle escapar.
Al
fin salimos de ese bar, lo hicimos con ella y su amigo. Fuimos al garito donde
yo quería ir. Ella no me soltó en ningún momento, me encantaba sentir su mano
en la mía. Era preciosa. Sin embargo, me contó que ella tenía pareja, estaba
saliendo con un chico, me confesó que sentía curiosidad por besar a una chica y
también me confesó que le gustó muchísimo.
No
quise saber nada más, no me importaba, más bien no quería escuchar lo que me
contaba, no me gustaba lo que oía. Acababa de conocerle, sí, pero me parecía
perfecta, no me hacía ninguna gracia que tuviera novio.
En
el bar donde estábamos los chicos no parecían estar muy acostumbrados a ver a
dos chicas besándose, estaban excitados de sobremanera. Alguno hizo algún
comentario, otro nos invitó a una copa a cada una, y absolutamente todos,
tenían la mirada clavada en nosotras desde que entramos hasta que salimos, era
muy incómodo.
Al
final nos despedimos, y nos despedimos del todo. Ella se arrepintió por lo que
le había hecho a su novio, sólo quería probar, y aunque podemos seguir hablando
y siendo amigas, no lo hacemos.
''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''
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