En
un trayecto largo la gente tiende a inventarse la historia de la persona que
tiene al lado. Inventan de dónde viene, a dónde va, se fijan en la ropa, en los
gestos, en los accesorios, complementos, les ayudan a crear su historia, a
inventar si su compañero de viaje está casado, soltero, tiene hijos y a veces
se puede llegar a inventar hasta una historia médica, los viajes que ha hecho,
incluso sus sueños y aspiraciones.
Un
par de amigas quedaron, no iban a viajar, ni siquiera se montaron en un
vehículo donde conocer a alguien. Hacía tiempo que no se veían y quedaron para
hablar y contarse las novedades. Sus conversaciones versaban sobre ellos,
novios, amantes, amigos, chicos…
En
el momento en el que no encontraron nada nuevo que contarse, cuando ya creyeron
que habían terminado de compartir sus historias, de aportar sus ideas… Allí
apareció un padre, con sus dos hijas, muy monas, igual que él.
Era
un poquito mayor, sí, era alto, o no, no supieron si era suficientemente alto
como para gustarles. Las dos amigas, que eran altas, se fijaban en los chicos
altos, muy altos, más altos que ellas. Pero era mayor, tenía dos hijas. O
suponían que eran suyas.
Empezaron
a cotillear, y ahí empezó la historia inventada, ahí empezaron a inventar
historias. Tiene dos hijas, suyas, quizá era el tío, o un profesor. Estaba
casado, o no, no tenía anillo, quizá no se hubiera casado, o estaba divorciado,
podía tener pareja… ¿pero qué estaban oyendo?
El
hombre y las niñas estaban sentados en la mesa de al lado, se les oía hablar,
¿pero en qué idioma? Las dos amigas no lo conocían y no supieron adivinar cuál
podría ser, ¿francés, ruso, alemán? Era extraño, no se le entendía bien por el
bullicio del lugar, pero las pocas palabras sueltas que oían no se parecían a
ningún idioma que ellas conocieran.
Lo
dieron por perdido, escuchaban de vez en cuando por si conseguían adivinar el
origen de este hombre de ojos claros. Ahora la pregunta era si estaba casado,
soltero, divorciado, si tenía pareja, si eran sus hijas…
¡Sorpresa!
La madre de las niñas apareció. Dato 1: ella tampoco lleva anillo; dato 2:
llega y besa a las niñas y no a él. Las amigas entendían a la madre de las
niñas al hablar, y a las niñas también… entonces, ¿él? ¿De dónde era? ¿Qué
idioma hablaba?
Las
chicas llegaron a la conclusión de que las niñas eran de los dos, que los
padres se habían divorciado, era un domingo así que el padre era quien las
cuidaba y era ese el momento en el que las niñas iban con su madre a pasar la
semana.
Seguían
sin saber el idioma en el que hablaba él, pero ya se habían cansado, era tarde
y tenían que despedirse, irse cada una a su casa. Se levantaron y se pusieron
los abrigos. Momento importante pues las niñas empezaron a hablar de… de… los
idiomas que sabía hablar cada uno de ellos.
Según
pudieron oír las amigas, las niñas conocían unos tres o cuatro idiomas, no
consiguieron averiguar la cantidad de idiomas que hablaba la madre, pero cuando
las niñas se dispusieron a enumerar los idiomas que el padre conocía… parecía
una lista interminable, castellano, inglés, alemán, francés, italiano…
Las
dos amigas se fueron, se despidieron y no pudieron saber el idioma en el que
ese hombre hablaba, pero ¿cómo iban a saberlo al enterarse de la cantidad de
idiomas que él conocía? Quedaron en que era una mezcla de acentos de todos
ellos.
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