2013/01/23

Te quiero seguir en el mundo real pero me cuesta seguirte el ritmo (Get Closer)

Irina llegaba pronto, no era habitual, pero estaba huyendo de algo. Quedaban cinco minutos, esperaba pacientemente pero él no llegaba. Ya habían pasado cinco minutos, y otros cinco y otros cinco más. Se estaba alterando, no quería volver atrás pero todo apuntaba a que le habían dejado plantada. Entonces le vio, le costó reconocerle de lejos, pero ya llegaba, allí estaba Alexander. Habían pasado quince minutos desde la hora a la que habían quedado y veinte desde que ella había llegado. Se disculpó y comenzaron a andar por las calles de la ciudad.

No caminaban sin rumbo, su destino había sido meticulosamente calculado días antes. Primera parada: un bar desconocido para ella y habitual para él. Habían quedado para hablar y conocerse, el alcohol ayudó a que se desinhibieran, rieran y contaran toda clase de historias. Un billar en la parte alta del local captó su atención durante varios minutos.

Tras litros de cerveza anduvieron hasta la segunda estación. Esta vez se trataba de un bar con un ambiente único, siguieron hablando mientras la cerveza corría por sus gargantas. Irina prestaba atención a su pareja pero no pudo disimular cuando entró una chica rubia con unas piernas larguísimas, confesó su pequeña distracción y siguieron hablando.

Continuaron moviéndose por los garitos del lugar, bebiendo, hablando y riendo. Tras un par de paradas más llegaron a una sala de baile. Ella no sabía bailar y Alexander se ofreció a enseñarle unos pasos. El alcohol corría por sus venas y aunque poco le importara no era capaz de seguir demasiado bien el ritmo, sin embargo lo pasaron bien. Tras mostrarle cómo debía moverse comenzaron a bailar juntos, al principio separados, para que Irina asimilara el baile, pero poco a poco se fueron juntando, cada vez más, hasta que quedaron completamente pegados ente sí. Se movían, bailaban, eran canciones latinas, estaban abrazados, completamente unidos, ella se sentía algo extraña, pero estaba muy cómoda entre sus brazos.

Tenía la cabeza apoyada en su hombro y los ojos cerrados. Estaba relajada, se dejaba llevar por la música y por su acompañante, notaba como las manos de Alexander paseaban por su espalda, suavemente, dulcemente, se agarraban a su cintura, a sus caderas, bajaban, subían, como si quisiera conservar el recuerdo del tacto de cada milímetro de su piel. Se separaron un poco, seguían moviéndose, quedaron uno frente al otro, mirándose fijamente, bailando, sintiendo la música, sintiendo a su compañero tan cerca, la nariz de Alexander rozaba la de Irina, estaban tan cerca que tenían que cerrar los ojos, estaban tan cerca que respiraban el mismo aire, estaban tan cerca que quedaron impregnados con el olor del otro, estaban tan cerca que eran capaces de sentir lo que sentía el otro, estaban tan cerca que…

 De repente alguien les sobresaltó, a su lado un hombre les invitaba a salir, no se dieron cuenta, habían cerrado, ya no sonaba la música, sólo quedaban ellos, habían pasado cinco horas bailando juntos.


''Me queda en la memoria como una noche inesperada y muy especial...''


''Abraza, besa y ama siempre. Siempre que sea de verdad.''

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