Alucinó
cuando le vio, se conocieron una noche y la pasaron entera juntos, no volvieron
a verse hasta aquel momento. Habían pasado meses, ella no esperaba encontrarse
con él, no creía que fueran a verse de nuevo. Fue en la sala de espera de un
hospital.
A simple
vista ella dudaba, sabía que le conocía, en su interior sabía quién era él,
pero no parecía tenerlo del todo claro. Se quedó mirándole hasta que él
posó su mirada en los verdes ojos de la chica.
Todo se
aclaró cuando él, sorprendido, le saludó. Se sentó junto a ella, se pusieron al
día, había pasado más de un año… Él había tenido una larga noche, apenas había
dormido, pero se mostraba igual de simpático y encantador que la primera y única
vez que estuvieron juntos.
Su conversación
era divertida, recordaban momentos de aquella noche, promesas que aun no había
sido cumplidas, tenían media hora de espera en la sala. Hablaban de temas de lo
más variopintos, la confianza que parecía que tenían era extrema, como si se
conocieran de toda la vida, y sin embargo aquel sólo fue su segundo encuentro.
Esa media
hora les supo a poco, querían más, necesitaban más. Este chico le acompañó
hasta el portal de su casa, para seguir hablando, para alargar esa media hora
en el hospital, no por mucho más, pero sí bastante.
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