Despierto a su lado, está
dormido, nos conocimos esa misma noche, él no quería pedirme el número de
teléfono aún, prefería esperar a la próxima vez que nos viéramos por el bar.
Él estaba trabajando, saldría
horas más tarde, yo salía de fiesta con un amigo. Entre una cosa y otra,
cervezas y mojitos, hablamos, aprovechaba que mi amigo salía a fumar y
tonteábamos. Una piña colada y a cambio mi número de teléfono.
Le pedí que me llamara cuando
terminara de trabajar. Lo hizo. La música de la discoteca estaba alta,
estuvimos como el perro y el gato, me llamó, no le oía, le llamé, no me cogía…
Nos encontramos en la calle, camino a casa, si bien es cierto que esa noche conocí a muchos chicos me
despedí de todos ellos sólo por irme con él.
No dejé que subiera a mi casa,
no quería que pasara lo que se suponía que iba a pasar. Nos despedimos en el
portal y se marchó.
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